Fueron los años locos, los días de chillidos y desmayos, la época en que los Backstreet Boys vivieron su propia "beatlemanía". Howard Dorough (35) todavía no la cree: "Justo cuando fuimos por primera vez a tu país estábamos viviendo los años más alocados de nuestra carrera", dice uno de los sobrevivientes del más popular de los conjuntos vocales de los 90.
Al teléfono desde su casa en Los Angeles, y a semanas de su retorno al país (el 1 de marzo en el Movistar Arena), el integrante conocido como Howie D recuerda perfecto cómo tuvieron que arrancar en bote cuando visitaron Chile por primera vez, en febrero de 1998, para presentarse en el Festival de Viña. "Las chicas estaban locas y eso es algo que nunca olvidé. Siempre he pensado que el público latino es el más fiel y expresivo que hemos tenido en nuestra carrera".
Howie D, uno de los cuatro sobrevivientes de un grupo al que se le atribuyen ventas superiores a las 100 millones de copias vendidas en el mundo -desde su fundación en 1993- y que en 2006 perdió a uno de sus fundadores -Kevin Richardson, que se retiró-, está ansioso con el retorno a Sudamérica, pero tiene más preocupaciones.
Acaba de anunciar que será padre en junio (junto a su esposa Leigh Boniello), aunque no cree que eso altere los planes de publicar nuevo disco este año ni que sus fanáticas más acérrimas se sientan heridas. "Al contrario", explica. "Sólo he recibido muchas felicitaciones y buenos deseos para lo que estoy viviendo. Siempre nos decimos en la banda que tenemos a los mejores fans del mundo y esta vez no ha sido distinto. Mi hijo será un hijo de la familia Backstreet Boys (ríe)".
El cantante, que completa la banda junto a A.J. McLean, Brian Littrell y Nick Carter, acepta la idea de que son los únicos sobrevivientes del género de las "boy bands", y anticipa un show de "grandes éxitos, con más de dos horas de mucha energía y momentos en que también cantamos en solitario. Queremos reencontrarnos con la locura de Chile".
Las entradas van de los $ 18.000 a $ 50.000, a través de Ticketmaster
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