Las fans mexicanas del grupo Backstreet Boys definitivamente son incondicionales. Poco les importó que para su concierto del jueves la boy band de Florida no trajera a México el ring completo que presumieron el año pasado, ni que su escenario fuera más austero que en 2008, cuando también cantaron en el Auditorio Nacional.
Las seguidoras de A.J. McLean, Brian Littrell, Howie Dorough y Nick Carter corearon cada una de sus canciones y les dejaron en claro que en México serán siempre bienvenidos, al menos por ellas.
El grupo formado en 1993 regresó a México con su Unbreakable tour, por lo que en su show hubo pocas diferencias en relación al año pasado. Antes de comenzar a cantar salieron como en 2008, vestidos con una bata de boxeador, pero esta vez en las pantallas se desplegaron su lugar de nacimiento, signo zodiacal, nombre y firma.
Como en la mayoría de sus conciertos uno de los temas que más enloqueció a sus seguidoras fue Everybody (Backstreet’s back) del disco homónimo de 1997.
Los agudos gritos fueron ensordecedores y el baile se impuso en el recinto de Reforma en esta canción, pero lo mismo ocurrió con I’ll be the one.
Una hora con 40 minutos fueron suficientes para llevar al cielo y de regreso a la tierra, a un público de unas diez mil personas, conformado sobre todo por mujeres que acudieron en grupo, aunque algunas lo hicieron con sus parejas.
Curiosamente, entre el público no sólo había mexicanos, sino también extranjeros como un grupo de jovenes cristianos originarios de Carolina del Norte, quienes llegaron al immueble en microbús con tal de escuchar las canciones de su niñez y adolescencia.
Sonreír parecía una regla entre los asistentes, ya que la gran mayoría de los presentes acudió al lugar feliz y presumiendo que conocían las coreografías que catapultaron al éxito a Backstreet Boys.
Como en su presentación hace unos días en Monterrey el show comenzó con Larger than life que la gente cantó de pie y así permanecerion para corear Everyone.
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