Más de quince años después de haber tomado por asalto los rankings mundiales con una sólida fórmula de temas pop y baladas, los Backstreet Boys regresaron al país para brindar anoche un concierto con lo mejor de su carrera en el Luna Park.
Convetida en cuarteto tras la salida de Kevin Richardson en 2006, la agrupación estadounidense se presentó en el mítico templo del box casi ocho años después de su recordado recital en el Monumental.
Sin embargo, el tiempo parece no haber apagado el fanatismo de sus seguidoras, quienes agotaron las entradas para el único concierto que dieron en el país. A lo largo del show todas gritaron de principio a fin.
Casi 20 minutos más tarde de lo esperado, las luces del Luna Park se apagaron para recibir a Nick Carter, Howie Dorough, Brian Littrell y A. J. McLean, quienes aparecieron vestidos como boxeadores.
Desde un improvisado ring iniciaron las casi dos horas de show con "Larger than life", seguido de "Everyone" y "The best of my love". Fue entonces cuando Dorough tomó el micrófono y mostró su sólido dominio del castellano.
"Argentina, somos los Backstreet Boys… ¡cuánto calor hace aquí! Deben ser tantas chicas bonitas", dijo, cómplice, consiguiendo un nuevo alarido de la audiencia, casi en su totalidad femenina.
Sin escenografía y con pasos coreografiados para cada canción -aunque más relajados y menos exigentes de los que mostraban en los videoclips de sus comienzos-, el show descansó en los hombros del grupo, que se mostró profesional y de excelente humor.
En el repertorio no faltaron sus canciones más conocidas, como "I Want It That Way", "As long as You Love Me" y "Show Me the Meaning of Being Lonely", en muchos casos acompañadas por los videos originales proyectados en pantallas gigantes, que dejaron claros los años pasados desde aquellos éxitos.
"Me gusta estar de nuevo en la Argentina, ¡hay chicas sexies por todos lados!", declaró Carter, quien se llevó la mayoría de los suspiros anoche. El conjunto aprovechó para anunciar que se encuentra trabajando en un nuevo álbum, que estará a la venta en 2009.
En el concierto también hubo espacio para que cada uno de los músicos mostrara una canción de su faceta solista, lo que permitió que el resto de sus compañeros descansara pero que le quitó dinamismo a la velada.
El cierre llegó con un medley con algunos de sus éxitos de los 90 como "I'll be the one", "Backstreet's Back" y "I'll Never Break Your Heart", que fue cantada en castellano en vivo.
A la hora de los bises, vistiendo las camisetas de la selección nacional de fútbol, el conjunto cantó "Shape of my Heart" y prometió que, para su próximo regreso, no volverá a dejar pasar ocho años.
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